El pasado 20, 21 y 22 de junio la Asociación Cuenca Abstracta organizó junto con la Sala Rothus unas Jornadas para debatir sobre la Accesibilidad al Casco Antiguo de Cuenca. Como ponentes contamos con Ángel Basaurit Díaz y Eduardo Domínguez Suay, miembros de la Asociación y el equipo de Cuenca [In] Accesible por Naturaleza.
En la primera conferencia de Ángel Basaurit se abordó la problemática de la accesibilidad a los cascos históricos en general, sobre todos los cascos históricos en colina como es el caso de Cuenca. En una primera parte dedicada a poner en valor la accesibilidad como derecho de todas la personas y como una materialización del principio de igualdad de oportunidades, se manifestó que la movilidad debe tener como objetivo alcanzar el grado más alto posible de accesibilidad sin que la movilidad por si misma sea un valor.
El ponente destacó también que los criterios de accesibilidad deben ser la habitabilidad, la intermodalidad, la calidad-amabilidad de la infraestructuras y medios que nos proporcionan accesibilidad, la continuidad de la itinerarios y la proximidad para buscar una interconexión entre residencia-servicios-equipamientos.
Defendió que para conseguir la accesibilidad a los cascos históricos es necesario dar importancia a la intermolidad (acceso mediante distintos medios de movilidad) y al diseño de esas infraestructuras de acceso, contando para ello con la participación ciudadana, de todos los ciudadanos de la ciudad y no solo de los residentes en el casco histórico, y es que ordenar la accesibilidad-movilidad al casco histórico de Cuenca necesariamente debe ser un ejercicio de gestión ambiental y urbana a escala ciudad, debemos conciliar la ciudad histórica y el proyecto urbano.
Finamente defendió que en Cuenca debemos contemplar el Casco antiguo como espació público, y hay que estudiar y ejecutar medios o modos de acceso, ya sean sistemas verticales de acceso, control de acceso de automóviles, aparcamientos disuasorios, microbuses específicos,… para materializar esa accesibilidad necesaria, compaginando las necesidades de los ciudadanos, residentes y turistas y facilitando, quizás, una futura peatonalización de parte de nuestro casco histórico. Todos estos aspectos deben ser vistos de una manera multidimensional: dimensiones sociales, económicas, urbanísticas y ambientales. Así, un espacio es realmente habitable cuando es realmente accesible.
Eduardo Domínguez, en su intervención, puso de manifiesto que desde el año 1940 y hasta nuestros días, han sido abordadas diferentes soluciones técnicas, en sus diferentes contextos económicos, técnicos y sociales. Cada una de ellas con sus dificultades y sus potenciales, constituyendo un relato tan interesante como esclarecedor. En opinión del ingeniero, no existe una única solución que resuelva la problemática total de accesibilidad pero sí es posible abordar un proyecto integral materializable en diferentes fases el cual priorice la necesaria repoblación del casco (aparcamientos para residentes, servicios, condiciones de las viviendas), sin desatender a las personas que acceden esporádicamente, bien siendo habitantes procedentes del resto de la ciudad o turistas (aparcamientos disuasorios, limitación tráfico, movilidad, mejora servicios urbanos de transporte, señalización, itinerarios, etc.).
Sería fundamental, concluía, y si la voluntad para resolver este histórico problema es real, abordar un proyecto con la suficiente categoría y solvencia técnica procediendo a su ejecución, con el fin de recuperar credibilidad casi 80 años después.
Cerraban las jornadas el equipo de Cuenca [In] accesible por Naturaleza (Carmen Mota, Fernando Olmedilla y Ana Martínez). Los arquitectos contratados en un marco de colaboración Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha- Colegio de Arquitectos, recordaron las bases formuladas por el Plan Especial del Casco Histórico, destacando que tan sólo se han ejecutado las medidas del mismo que servían de ayuda al tráfico rodado, lográndose agravar el estado del problema. Procedían a continuación a hacer un análisis somero de la realidad actual, entendiendo que una solución real sólo se hallará desde la transversalidad, evaluando movilidad, sociedad y actividad desde la complejidad que cada uno de los ámbitos requiere, pero que a la par confieren a nuestro casco de las particularidades que un día lo hicieron valedor del título “Patrimonio de la Humanidad”. Y serán las mismas- la conjunción de la naturaleza que lo conforma, la riqueza patrimonial cultural e histórica que lo definen y la mejora de las condiciones de sus habitantes- las que desvelarán el secreto de su éxito.
Concluían así unas jornadas en las que se consiguió completar el aforo jornada a jornada en la sala Rothus. Vecinos, hosteleros y técnicos participaron activa y dilatadamente tras cada una de las charlas, y en un ambiente de crítica a la inacción local en unos casos y al desacierto en otros. Y todo esto se hizo principalmente, y supone un orgullo para organización y colaboradores, en un ambiente de consenso, conocedores del momento de la ciudad, pero con el optimismo cabal de quien confía en los resultados cuando los mejores potenciales naturales y culturales se conjugan con lo irrenunciable: el rigor y la sensibilidad. “Hagámoslo, pero hagámoslo bien”, como dictan insistentemente desde Cuenca [In].
Y como conclusión, desde Cuenca Abstracta nos gustaría dejar constancia de la urgencia, porque la accesibilidad al Casco Antiguo demanda soluciones inmediatas. La amplia experiencia desarrollada en otras ciudades españolas nos marca el camino de las soluciones técnicas que funcionan, y en Cuenca tenemos que decidir y resolver este tema con la prioridad que exige de una vez por todas.
