A punto de que expire el año, desde Cuenca Abstracta queremos hacer pública nuestra preocupación por el modo en que la ilusión y enormes expectativas con que acogimos la nueva legislatura se esté transformando en desilusión, ante la sensación de parálisis de las Instituciones, especialmente nuestro Ayuntamiento, durante estos seis meses que llevamos de la misma.
La ilusión y la esperanza es un capital muy importante para cualquier Equipo de Gobierno pero es el que más fácil se dilapida cuando no se asume el protagonismo y el liderazgo que la difícil situación requiere.
Es cierto que no todo puede descansar en las instituciones, ni que los conquenses debamos sentarnos a esperar que nos den hechas las cosas. Por ello, desde la Asociación vemos con simpatía el Manifiesto por Cuenca, iniciativa que partiendo de la sociedad civil, denuncia el enorme problema de despoblación al que se enfrenta nuestra provincia.
También somos conscientes de las dificultades económicas que arrastra nuestro Ayuntamiento, pero también sabemos que no todo es cuestión de presupuesto, especialmente cuando hay otras instituciones implicadas en grandes proyectos, o eso parecía, con los que lograr dar a la ciudad una esperanza de cambio de tendencia.
Por ejemplo, tenemos que hacer mención a los remontes mecánicos. ¿Cómo es posible que nos quieran hacer volver a la casilla de salida, esa salida que en 2016 consideraba inadmisible el aún hoy vicepresidente de la JCCM y otra vez volvamos a aparcar diseños, proyectos e ideas para elegir arrojándonos a la cara, unos contra otros, la responsabilidad de la inacción?
Dejen ya esta forma de hacer política y pónganse a trabajar todos para resolver de una vez por todas un problema como es la accesibilidad y movilidad del Casco Antiguo de una ciudad medieval, Patrimonio de la Humanidad, para más inri.
Tenemos un proyecto avalado por la JCCM, que es, en nuestra humilde opinión, adecuado y que resolvería en gran parte el problema, pues hágase y hágase ya, no podemos seguir esperando otros 83 años a que se resuelva, y hágase en su totalidad, con los 4 ascensores que se proponen. Esta acción, por supuesto, no excluye contemplar y ejecutar otras soluciones de acompañamiento como escaleras mecánicas o mejora del transporte público, itinerarios peatonales accesibles... Pues la accesibilidad y movilidad urbana debe ser ejecutada dentro de una estrategia local global que una la ciudad histórica con el resto de la ciudad.
Junto a los remontes, hay proyectos que no exigen un gran esfuerzo económico y sí capacidad de gestión y liderazgo, como es la apertura del paso bajo el Puente de la Trinidad, para completar el paseo urbano por las hoces. Seis meses después apenas se ha avanzado nada.
Y así podríamos seguir hasta el infinito con multitud de mejoras que antes o después, más bien antes, habría que realizar en nuestra ciudad y que están en la mente y las vísceras de todos los conquenses.
Para acabar, Cuenca necesita un proyecto de ciudad, liderazgo e inversión, pero también comunicación y apoyo y acompañamiento a quien muestre iniciativa. Hay fondos europeos, presupuestos regionales y provinciales pensados para el desarrollo de Cuenca y su provincia. Y de momento solo apreciamos silencio en los despachos y desánimo en los ciudadanos. Otra vez… Las instituciones tienen a su disposición el Plan de City Marketing de Cuenca, realizado por la Asociación y que recoge un análisis exhaustivo que permite planificar un cambio ambicioso y sin errores, capaz de obtener una mejor calidad de vida y de hacer realidad el sueño colectivo de la ciudad. ¡Usénlo!
Esta ciudad no puede volver a sumirse en el barro de la suspicacia, la desesperación y la pelea cainita que solo lleve a lo de siempre desde in illo tempore.
La ilusión y la esperanza es un capital muy importante para cualquier Equipo de Gobierno pero es el que más fácil se dilapida cuando no se asume el protagonismo y el liderazgo que la difícil situación requiere.
Es cierto que no todo puede descansar en las instituciones, ni que los conquenses debamos sentarnos a esperar que nos den hechas las cosas. Por ello, desde la Asociación vemos con simpatía el Manifiesto por Cuenca, iniciativa que partiendo de la sociedad civil, denuncia el enorme problema de despoblación al que se enfrenta nuestra provincia.
También somos conscientes de las dificultades económicas que arrastra nuestro Ayuntamiento, pero también sabemos que no todo es cuestión de presupuesto, especialmente cuando hay otras instituciones implicadas en grandes proyectos, o eso parecía, con los que lograr dar a la ciudad una esperanza de cambio de tendencia.
Por ejemplo, tenemos que hacer mención a los remontes mecánicos. ¿Cómo es posible que nos quieran hacer volver a la casilla de salida, esa salida que en 2016 consideraba inadmisible el aún hoy vicepresidente de la JCCM y otra vez volvamos a aparcar diseños, proyectos e ideas para elegir arrojándonos a la cara, unos contra otros, la responsabilidad de la inacción?
Dejen ya esta forma de hacer política y pónganse a trabajar todos para resolver de una vez por todas un problema como es la accesibilidad y movilidad del Casco Antiguo de una ciudad medieval, Patrimonio de la Humanidad, para más inri.
Tenemos un proyecto avalado por la JCCM, que es, en nuestra humilde opinión, adecuado y que resolvería en gran parte el problema, pues hágase y hágase ya, no podemos seguir esperando otros 83 años a que se resuelva, y hágase en su totalidad, con los 4 ascensores que se proponen. Esta acción, por supuesto, no excluye contemplar y ejecutar otras soluciones de acompañamiento como escaleras mecánicas o mejora del transporte público, itinerarios peatonales accesibles... Pues la accesibilidad y movilidad urbana debe ser ejecutada dentro de una estrategia local global que una la ciudad histórica con el resto de la ciudad.
Junto a los remontes, hay proyectos que no exigen un gran esfuerzo económico y sí capacidad de gestión y liderazgo, como es la apertura del paso bajo el Puente de la Trinidad, para completar el paseo urbano por las hoces. Seis meses después apenas se ha avanzado nada.
Y así podríamos seguir hasta el infinito con multitud de mejoras que antes o después, más bien antes, habría que realizar en nuestra ciudad y que están en la mente y las vísceras de todos los conquenses.
Para acabar, Cuenca necesita un proyecto de ciudad, liderazgo e inversión, pero también comunicación y apoyo y acompañamiento a quien muestre iniciativa. Hay fondos europeos, presupuestos regionales y provinciales pensados para el desarrollo de Cuenca y su provincia. Y de momento solo apreciamos silencio en los despachos y desánimo en los ciudadanos. Otra vez… Las instituciones tienen a su disposición el Plan de City Marketing de Cuenca, realizado por la Asociación y que recoge un análisis exhaustivo que permite planificar un cambio ambicioso y sin errores, capaz de obtener una mejor calidad de vida y de hacer realidad el sueño colectivo de la ciudad. ¡Usénlo!
Esta ciudad no puede volver a sumirse en el barro de la suspicacia, la desesperación y la pelea cainita que solo lleve a lo de siempre desde in illo tempore.