¡Qué mala memoria tiene la ciudad de Cuenca, y sobre todo su Ayuntamiento, con nuestro tan anunciado (por las muchas veces) futuro Plan de Ordenación Muncipal (POM)! Desde la legislatura de 2007 se lleva anunciado el POM conquense como quien anuncia el fin del mundo, pues no llega nunca. Antes sí llegó algo, aunque poco, pero por lo menos un esbozo para conocimiento de la ciudadanía, pero ¡cómo han cambiado los tiempos¡, y ese borrador ya no nos sirve.
Lo cierto es que la ciudad de Cuenca y su término municipal lleva desde 1995, año del vigente POM, sin tener una planificación pensada, participada por la ciudadanía y sus representantes y adaptada a los nuevos tiempos y conceptos. Nos encontramos con una ciudad sin plan, sin guía, que se mueve a impulsos caprichosos y poderosos: el nuevo hospital, los desarrollos urbanísticos residenciales no contemplados en el Plan de 1995, las necesidades que atropellan al plan de 1995 y algún que otro desaguisado (polígono SEPE, ronda Oeste) y los nuevos “grandiosos proyectos” (véase centro tecnológico). Y ahora nos enteramos de la posible cancelación del nuevo futuro POM (otro más) nacido en la anterior legislatura.
¡Qué mala memoria tiene nuestro Ayuntamiento! Desde el 2007 cada nueva corporación nacida de la correspondiente convocatoria electoral municipal ha anunciado la redacción de un POM, y hasta ahora (y vamos por la cuarta) ni lo vemos ni se le espera. Ahora toca esperar a conocer las razones para desistir del presunto nuevo POM que se encontraba en estudio. Los ciudadanos seguimos esperando, desinformados, hastiados y casi nos da igual, desgraciadamente, el nuevo POM. Y así nos va, cuando el resto de las ciudades se preparan para los nuevos tiempos nosotros seguimos en anclados en el siglo XX cuando llevamos un tiempo en el siglo XXI.
Esperemos las razones de abandonar el no nacido nuevo y presunto POM y esperemos que la actual corporación municipal no se abone a la mala memoria de las anteriores corporaciones, que prometieron un POM (algún concejal de infausto recuerdo incluso anunció que en un año y con medios propios estaría hecho, allá por 2007) para la mejora de la ciudad y todavía estamos esperando. ¡Qué mala memoria! ¡Ea!
Lo cierto es que la ciudad de Cuenca y su término municipal lleva desde 1995, año del vigente POM, sin tener una planificación pensada, participada por la ciudadanía y sus representantes y adaptada a los nuevos tiempos y conceptos. Nos encontramos con una ciudad sin plan, sin guía, que se mueve a impulsos caprichosos y poderosos: el nuevo hospital, los desarrollos urbanísticos residenciales no contemplados en el Plan de 1995, las necesidades que atropellan al plan de 1995 y algún que otro desaguisado (polígono SEPE, ronda Oeste) y los nuevos “grandiosos proyectos” (véase centro tecnológico). Y ahora nos enteramos de la posible cancelación del nuevo futuro POM (otro más) nacido en la anterior legislatura.
¡Qué mala memoria tiene nuestro Ayuntamiento! Desde el 2007 cada nueva corporación nacida de la correspondiente convocatoria electoral municipal ha anunciado la redacción de un POM, y hasta ahora (y vamos por la cuarta) ni lo vemos ni se le espera. Ahora toca esperar a conocer las razones para desistir del presunto nuevo POM que se encontraba en estudio. Los ciudadanos seguimos esperando, desinformados, hastiados y casi nos da igual, desgraciadamente, el nuevo POM. Y así nos va, cuando el resto de las ciudades se preparan para los nuevos tiempos nosotros seguimos en anclados en el siglo XX cuando llevamos un tiempo en el siglo XXI.
Esperemos las razones de abandonar el no nacido nuevo y presunto POM y esperemos que la actual corporación municipal no se abone a la mala memoria de las anteriores corporaciones, que prometieron un POM (algún concejal de infausto recuerdo incluso anunció que en un año y con medios propios estaría hecho, allá por 2007) para la mejora de la ciudad y todavía estamos esperando. ¡Qué mala memoria! ¡Ea!